Alabada sea la planta del arte conceptual
Una obra de arte so beautiful
que presume de ser tan original
una planta de plástico natural
dentro de una caja fuerte flexible y transparente
sale del piso sin saber adónde ir, se exhibe
desinhibida de la mano del artista
ostenta su lozanía algo lejana
en el medio de la galería luce bien
el verde de su piel que hace contraste
con el tiza de las paredes y el marco
de madera del habitáculo ecológico
ella sabe que vivirá por siempre
oficiando de simulacro y no le importa
no piensa en eso no piensa en nada
tan mirada tan iluminada tan reproducida
en la tapa del catálogo de tapa dura
con sobrecubierta flexible transparente
es una obra contundente pura superficie
yo la elijo como objeto de mi artificio
y la miro a través del champagne de mi copa
para darle un aura dorada evanescente
como ella se merece en contraste con la gente
que pulula con desenfado se me ocurre pensar
porqué estoy pendiente de una planta artificial
se me ocurre pensar que si mañana apareciera
Cristo en los medios no tendría más cobertura
que esta verdura en su caja tan alabada
esta vernisagge se está poniendo como
una taberna brava, pienso en la coneja
que vive prisionera en un laboratorio
porque bajo cierta luz su pelo fosforece verde
pienso que el verde genera obsesión
y el mozo me ofrece otra copa
busco el color verde en la ropa de las mujeres
presentes y pienso en Francesco Clemente
aunque no venga a cuento de nada
debo estar ya un poco levemente ebrio
de vez en cuando y de lejos sigo mirando
a mi amiga la planta que es la estrella de la noche
pero ya la están olvidando, incluso hay
un par de copas vacías apoyadas encima
las risas y las voces subieron el volumen
la planta está en brazos de todos en la tapa
lujosa del catálogo, pienso que hoy en día
las obras lucen mejor en el papel que en persona
miro la planta en la tapa, pero me gusta más
la verdadera artificial que actúa el simulacro y soporta
las miradas vacuas de todos los que la rodeamos
y teorizamos sobre la representación y las tretas
para eludir al tiempo y a la muerte
y de pronto me doy cuenta de que ya es hora
de salir de una vez de este lugar
y subo las escaleras y salgo a la noche
y me encanta ser recibido en la vereda
por los magníficos árboles que no alardean
de sí ni de ser ni de nada.
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