ser una obra
La tela que cuelga de la pared en el silencio
nocturno no necesita palabras, ningún
discurso que sostenga que justifique
su propia existencia es prueba contundente
instala preguntas en quienes saben
que no hay cosa más difícil que pararse frente a un cuadro
mandala abierto a todas las salidas
inefable registro de un eco de eternidad,
que nadie se engañe por su superficie
de objeto bidimensional, en las complejas
relaciones de los colores que la constituyen
respira el acceso a otro mundo.
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Ary -