digo yo...
Esta mañana desperté, me vi solo en la cama y pensé: estoy solo, después me
di cuenta de que el yo siempre está solo, es una condición inherente a él,
entonces empecé a pensar en esa palabra, yo.
La veía dibujada en mi mente con toda claridad. Dos letras, dos grafismos,
dos componentes distintos. No me interesaba ver las cosas desde el punto de
vista psicoanalítico, me quedé en el análisis de las formas, es decir, partí
de ahí.
Dos letras. La y. Primero lo que significa: incluye, suma, atrae, considera
al otro y lo quiere con ella, sería la parte social de la palabra, la que
sale al mundo, al otro, la que se brinda, sobre todo por su forma, su
dibujo, es un tronco que se abre en dos, como un árbol que se ramifica, se
abre, se da, son dos caminos en uno. Vista de modo invertido el sentido
varía y enriquece la lectura, son como dos vertientes que se avienen a
formar un mismo río, una misma cosa, dos cosas que se unen y se fortalecen y
se hacen una, en algún punto es una letra erotizada, y ese punto sería el
vértice donde las tres líneas confluyen, pero ese es otro punto.
Y después la o. Una letra autosuficiente, concentrada en sí misma, en algún
sentido presuntuosa, letra que siempre significa una elección, es esto o lo
otro, obliga a optar, impone una exclusión, en algún sentido es ella o nada,
o nadie. Es como una barra que separa una cosa de la otra, presume de
perfección, se parece sospechosamente al cero, a la nada, su vocación de
circunferencia la asimila al movimiento perpetuo alrededor de sí misma,
algo que se parece mucho a la inmovilidad. Es la parte introspectiva,
solipsista, profunda, secreta, ¿ontológica?. La fuerza centrípeta de la
palabra. El agujero que lleva al ser.
De pronto pensé que me había ido lejos y decidí volver.
Y pensé que si la o se parece al cero, la palabra yo en inglés se parece al
uno, I.
Coherencia formal con el sentido ¿o casualidad? ¿O el viejo vicio de rizar
el rizo?
Volví al castellano, me gusta que la palabra tenga dos letras, lo encuentro
apropiado, sin saber nada del ser, me parece que es mejor así.
Entonces tenemos una parte inclusiva y otra introspectiva, una letra abierta
y otra cerrada, y ambas forman una sola cosa que es yo.
Ahora bien, y vos?
Vos que no estás, cómo sos? Una letra más y dos muy parecidas.
Me gusta que tenga tres letras, también me parece apropiado.
La v, casi una evolución de la y, algo más perfecto, las dos vertientes o
ramas unidas para siempre en una sola forma, ya superada la etapa de lo que
eran antes de dividirse, una forma triangular y aguda, impecable, una punta
de flecha, una afirmación en sí misma. El punto que se apoya en el mundo o
la nada y lo sostiene todo. El punto que señala y del cual a la vez todo
parte.
La o , ya se sabe, ya está dicho, pero aquí tiene otra ubicación, central y
equilibrante, gira entre dos formas, es como el fiel de una balanza.
Y por fin, la s, sinuosa, elegante, femenina y sensual, la misma forma que
simboliza la unión del yin y el yang, la letra que abraza, que sonríe, que
es serpiente siempre y movimiento y unión, la letra que dice sí. La letra
sexy. La sex symbol de las letras.
Entonces se me ocurre algo, superpongo las imágenes, las palabras, yo encima
de vos, da una unión, una suma impecable que forma una nueva palabra, yos.
Me parece una palabra perfecta, aunque alguien pueda decir que es
incorrecta, ya que un yo más otro yo son dos yoes. Para mí está bien así,
yos, no falta ni sobra nada.
Después le estaba contando a un amigo estas reflexiones y me dijo: deberías
escribirlo.
Yo le contesté: lo voy a pensar.
4 comentarios
Viento -
Genial!!
Un Abrazo
V.
carlos -
Yosoy
Ángel -
yos, me gusta esa palabra. Si la leemos al revés tenemos "soy".
yos = soy (en ti?)
Ángel -
Te reto a que lo intentes con el "tú" castellano.
Un abrazo