Cuestion arte
coro, de liliana porter
si yo fuera antoni tàpies
Pintar un cuadro
con la sangre de Sánchez
de Rodríguez de López
escuchar un tango
en un aparato japonés
pintar un cuadro
con café con mate con té
sobre tela de mantel
acaso es color local
lo que te hace falta
la miseria fotografía
muy bien en blanco y negro
pintar un cuadro con carbón
escribir con cal sobre fondo
negro negro negro
hacer una cruz en el medio
con sangre de Pérez
de Giménez de López
qué cosa este país
cada día mata mejor
foujita
Kikí de Montparnasse estaba molesta, y no era por el frío que hacía en el estudio, a eso estaba acostumbrada. El japonés no le hablaba, si bien era cierto que su francés era muy rudimentario y su carácter extremadamente reservado, pero además se lo veía inquieto. Era su primera sesión. Por recomendación de Man Ray vino a dar al atelier de Foujita, y éste la recibió con mucha cordialidad, a su gusto un poco excesiva.
Le indicó un diván en el rincón, le pidió que se quitara la ropa y le sugirió una pose, y ahora no dejaba de dar vueltas, la miraba y miraba el papel, miraba a su gato y la volvía a mirar a ella.
Algo parecía no funcionar. Algo estaba fuera de lugar. Trazó un par de líneas con lápiz y detuvo el trabajo. La miraba a través de sus gafas redondas y su pequeño bigotito parecía vibrar, pero no hablaba.
De pronto pareció tomar una decisión y se acercó a ella caminando lentamente con algo en la mano. Kikí sintió miedo pero no dijo nada, observó la figura menuda acercándose y cuando estuvo a un metro vio que Foujita tenía en la mano un pincel de punta finísima embebido en tinta china, una sonrisa le iluminaba el rostro, se acercó más, se agachó y comenzó a trazar con el pincel, uno a uno, los cabellos de su inexistente vello púbico.
De modo que era eso, la ausencia de la sombra triangular en su sexo ponía nervioso al pintor, que con paciencia le dibujó una hermosa motita de exquisitos cabellos.
Luego se paró, volvió a su tablero y comenzó a trabajar con decisión y alegría.
El gato se arrellanó en su silla.
Kikí se acomodó en su diván con la certeza de que esa noche ella poseía la vulva más bella de París.
error
Un ovillo de sonido
antojadizo de anidar
en el silencio
hace escala en mi cabeza
se deja aplastar por dos
silogismos intrascendentes
se prepara a urdir una maraña
una red in situ se deja
recorrer por la corriente
eléctrica de la corteza cerebral
se deja caer en el error
de considerarse una obra
de Marcel Duchamp
obra de arnaldo antúnes
marcel duchamp en buenos aires
After Duchamp I
Antaño era la vanguardia
las cosas miraban hacia atrás
tantos objetos comunes
tanta generación rechazada
harta de acostarse con las damas
de la primera hora
en un retorno a la era preorinal.
La conversión radical
tiene su origen en el amor por las ideas impuras
lo que salva, ensalza y singulariza
es esa hermosa fusión de formas flotantes
esa crueldad deliberada
en la ausencia de una obra imperdible
la magia de crear algo ya destruido.
After Duchamp II
Para un objeto no hay nada peor
que otro objeto, las cosas aman
a los humanos, los necesitan y sólo
en su vecindad se sienten plenas,
tal vez a las personas les ocurra lo mismo.
La relación que existe entre cosa y persona
recuerda las flechas de los diagramas
y las valencias de las fórmulas químicas,
es una conexión abstracta, quizás esa frialdad acristalada
explique su eléctrica potencia, son los artistas
quienes mejor lo entienden, esa es la razón
de que una de las máximas estrellas
del arte de todos los tiempos
sea un mingitorio.
capas
obra de Jon Kessler
te quemarás, pero te prometo el fuego
fotogramas de la videoinstalación "La cruz de Prometeo" de Oreste Lattaro.
Una reflexión poética sobre el mito mesiánico y la redención.
Presentación el sábado 4 de octubre en AMORIR, Montevideo, Uruguay.
narciso recostado
obra de Óscar Dominguez
la pucha...
me acabo de enterar que falleció el Búlgaro, el artista escultor que hizo este perrito.
Qué tristeza, cómo se va la gente...
Luis Freisztav (1954-2008) murió el 17 de julio.
mudo conjuro
Nocturno, óleo sobre tela, 80 x 40
bosque interno
obra de Duilio Pierri
otra onda
Flip flop, óleo sobre tela, 40 x 40
candombe
óleo sobre cartón, Pedro Figari
él
Imágenes de un extraño sueño:
me crucé con Hitler anciano
vestía bermudas y paseaba
por la playa con una tela
y una caja de acuarelas
sonreía debajo de su bigote
totalmente blanco y le decía
a todo aquel que quisiera oírlo:
“no soy peor, soy diferente”.
escultura: él, obra de Maurizio Cattelan
cíclope
óleo de Odilon Redon
una mujer que se disuelve en aire
fotografía de Edward Steichen
el poema que no fue
un lugar para vivir, un lugar para morir
obra de Miquel Barceló