no hay razón
No hay razón alguna para sustraerse
al juego de las influencias
si la vanguardia quedó atrás
en el tiempo en que todavía las cosas
tenían un alma mortal
siempre se puede cambiar el sentido
de lugar y de forma
lo inverso de lo que pretende la tendencia
que actúa poniendo los mismos significados
dentro de diferentes nombres
como quien cambia de ropa
al final de la temporada
yo que soy el pasajero inmóvil
voy en el flujo y en el influjo
en un viaje que siempre retorna
y deja algo antes de volver a irse
unas líneas sin dibujo
una atmósfera sin planeta
una pasión sin cuerpo
y en el espacio de lo que falta
nace el deseo de completud
que confiere toda inminencia
a la tensión entre lo que soy
y lo que no he sido.
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