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tancarloscomoyo

el patio


¿Acaso imaginaba
como una deidad
a la oruga iridiscente
que paseaba por los nervios
de la parra del patio
de la casa de mi infancia
en el verano, allá
hace tanto tiempo?
Y los caracoles
que poblaban el jardín
después de las lluvias
cuando el olor a tierra
trepaba por el aire
¿no eran también como milenarias
esfinges en miniatura
que con parsimonia
dibujaban con trazo brillante
innumerables laberintos?
Y el canto de los grillos
y de las ranas y el perfume
del jazmín del país
y el olor lejano del mar
y la luz de las estrellas
y las rosas en sombras
y el viento entre las hojas
y las manos de mi madre.

 

1 comentario

estrella -

Carlos, no sólo me gustó por el ritmo y la cadencia y las palabras, sinto también por los recuerdos de esos jardines de mi infancia, cuando, después de la lluvia, salíamos con mi abuelo en busca de los caracoles asesinos, como los llamaba él.