ex voto
Hace un tiempo perdí mi mano derecha
en una batalla en Plaza de Mayo
en medio de un torbellino de gases
machetes y caballos
fue una hermosa escena barroca
donde la sangre era el pigmento dominante
ahora, con mi capacidad de acariciar
reducida en un 50 %
cada vez que hay una manifestación en la plaza
un chirriante cosquilleo invade con furia la mano ausente
ocurre que tengo un muñón en extremo sentimental.
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