colectivo
Esta mañana
mientras viajaba en colectivo
me enojé con el señor que hablaba
por teléfono en voz alta
porque hablaba por teléfono
en voz alta
me enojé con la señora gorda
que obstruía el pasillo
con su voluminoso cuerpo
porque obstruía el pasillo
con su voluminoso cuerpo
me enojé con el bebé que lloraba
con berridos estridentes
porque lloraba
con berridos estridentes
me enojé con el conductor
que manejaba con brusquedad
porque manejaba con brusquedad
hasta que en una bocacalle
un rayo de sol me encegueció
y tuve que cerrar los ojos
entonces comprendí la verdad:
estaba enojado conmigo
por ser simplemente yo mismo.
Apreté los ojos con furia
y vi al poema del colectivo
avanzar a toda velocidad
para estrellarse violentamente
contra la imposibilidad de mis palabras
de pronunciar belleza.
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