la hora del maestro
Un viejo maestro chino
dejó las enseñanzas
de toda su vida
escritas en hojas de parra
unos días más tarde
las hormigas devoraron
el manjar de su sabiduría
un viejo maestro chino
dispuso las hojas de té
de cierta esotérica manera
tal que cifraran su mensaje
después de unas horas
sopló un viento extranjero
y se llevó las hojas con él
un viejo maestro chino
volcó en su cuenco
trescientos treinta y tres
granos de arroz integral
los bañó con salsa de soja
los granos se pusieron
negros les salieron patitas
y huyeron corriendo cada uno
en una dirección distinta
un viejo maestro chino
subió a la copa de un árbol
se puso a meditar
en el fondo del lago
meditaba en el centro
del origen del fuego
en el pico de la montaña
cubierto de nieve
y vinieron hacia él
las hormigas en fila
trayendo las hojas de té
los granos de arroz
a lomo del viento
las hojas sin la parra
las memorias sin la tinta
la luz y la tiniebla juntas
el maestro tomó su té
comió su arroz
cantó su mantra
y se durmió
con una sonrisa
en la última línea
de un poema
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